El blog de javier martin

Menudo revuelo se ha formado en Medina del Campo (Valladolid), tras la presentación de la imagen de Cristo que se va a procesionar el próximo día 9 realizada por el imaginero zamorano Ricardo Flecha.

Por si no la habeis visto, os diré que es una imagen el la que el Cristo aparece desnudo en brazos de la muerte.

Y no comprendo ese revuelo porque el arte es arte en sí mismo.

No comprendo que quieran que la imagen procesione con las "vergüenzas" de Cristo tapadas por una gasa.

Desde que el mundo existe, existe el arte, y desde que existe el arte, existe el desnudo.

¿Qué habría ocurrido si a algún obtuso se le hubiera ocurrido que la Venus del espejo, la maja desnuda, las tres Gracias, la venus de Milo... tenían que aparecer tapaditas? Pues que el arte dejaría de existir.

No creo que nadie mire de forma lujuriosa el pecho de la Revolución del cuadro homónimo, sinó todo lo contrario, ese pecho fuera del corpiño recrea una realidad del momento innegable.

Por ello no entiendo el revuelo formado.

Yo creo que el Cristo debe procesionar tal y como ha sido tallado, y no creo que la gente se pare a recrear en los atributos del Señor. Más morboso me parece observar otras tallas en las que el Cristo aparece lacerado por todo su cuerpo, con las manos y los pies reventados por los clavos, con la cabeza abierta por las púas de su corona, y con el costado desgarrado por una lanzada.

Por tanto quiero agradecer a Ricardo Flecha el trabajo que ha realizado en la talla de este Cristo.

Cuando venimos al mundo, lo hacemos desnudos... y cuando lo abandonamos, también; y ese es el mensaje que creo que ha querido trasmitir: La soledad y desnudez ante la muerte.

Un saludo.

Javier Martín